Tengo una espina clavada que se agota como la tinta,
no todo es tan bonito como te lo pintan.
Y lo siento, sé que no soy perfecto pero caray,
juro no volver nunca jamás a mirar hacia atrás.
Nadie puede calmar este odio que encierro dentro,
mi cuerpo está por explotar, murió y quedó sin sentimientos.
Miento al decir que soy otro pero vivo en el abismo,
no es que mi corazón esté roto, es que ya no es el mismo.
Mis ojos están secos, ya no lloran,
pero quiero desahogarme de este peso que me controla.
Y quizás sea verdad, ya no sé qué creer,
quizá el amor no exista y me pregunto por qué creí en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario